Lam Mim
Con tu rostro tan angelical...
Fa Rem
y tu rubio y prolijo cabello,
Mi Lam
quién diría que un chico tan bello
Si7 Mi
es capaz de portarse tan mal...
Ni La ley de obediencia debida
le ha podido dar punto final
al recuerdo tan triste y brutal,
que dejaste al segar tantas vidas.
Lam Fa
Sos experto en torturar adolescentes
Lam Fa
Y al robar aprovechando La ocasión,
Lam Rem
suponés que sos un bravo y un valiente,
Mi Lam
sin embargo para Mi sos un ca-
Mim
nalla, reventado y hoy La gente
Sol
te desprecia abiertamente
Do
por cobarde y por ladrón.
Demostrás tu valor y entereza
enfrentando cuando es necesario
A enemigos tan sanguinarios
como un par de monjitas francesas.
Y quizás suponés que te admiro
por haberte rendido esa vez,
que lamiste los pies del inglés
sin haber disparado ni un tiro.
No es casual que tu ilustre apellido
haga rima con pobre infeliz
y no entiendo cómo es que existís...
Ojalá nunca hubieras nacido.
Y Piluso, el capitán nunca olvidado,
al que toda Mi generación recuerda
se avergüenza de tener tu mismo grado,
porque vos en realidad sos una mi-
serable especie de soldado
que merece ser colgado
del extremo de una cuerda.